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¿Qué es el síndrome de la cabaña que ha generado el coronavirus?


El miedo a salir a la calle después del confinamiento por la pandemia del civid-19 es real y tiene un nombre, se llama “El síndrome de la cabaña” y se trata de un fenómeno que pueden sentir aquellas personas que han pasado un largo periodo de tiempo aislados de la sociedad. 


Según el portar ABC, este síndrome consiste en la aparición de un miedo intenso a cambiar de entorno tras un tiempo prolongado de encierro y aislamiento. Su origen se remonta al siglo XX. En esta época es cuando se vieron los primeros síntomas en cazadores y buscadores de oro, que pasaban meses enteros aislados en sus cabañas.


Cuando tenían que volver a la vida en sociedad mostraban síntomas de desconfianza, agobio y miedo. La mente de estos cazadores estaba acostumbrada a espacios pequeños y muy controlados, ahí es donde sentían la verdadera seguridad.


“La nueva normalidad” que se vivirá en diferentes países, genera gran incertidumbre entre la ciudadania. Un plan de desescalada en varias fases que se controlará a partir de un semáforo el cual contará con medidas de alivio comunes como salir a caminar a los parques o montar en bicicleta, pasear con niños o acudir a un establecimiento con cita previa, etc., pero para muchos más que alivio, esto supone una fobia.


Paul Rosenblatt, profesor de Ciencia Social de la Universidad de Minnesota, indico que este padecimiento se puede relacionar con la claustrofobia o transtorno afectivo estacional. El principal detonante sería el aislamiento. Las condiciones en las que te encuentres juegan un factor para el desarrollo de la fiebre de cabaña. Estar confinados en casa con niños pequeños, por enfermedad o ser responsables de alguien enfermo o discapacitado  sería los estimulantes más comunes para este problema.


Algunos de sus síntomas son: Desasosiego, Depresión, Irritabilidad, Soledad, Impaciencia, Aburrimiento y Frustración. Aquí te indicamos como puedes enfrentar este miedo:

  • Ser conscientes de lo positivo para mejorar la resiliencia, poder valorar las pequeñas cosas en el día a día.

  • Centrarnos en lo que hemos aprendido de esta situación.

  • Definir un sentido claro o propósito en la vida, según los estudios en psicología, nos ayuda a reforzar nuestro bienestar interno y genuino.

  • Diferenciar la preocupación tóxica que me impide avanzar y me bloquea para transformarla en actitudes proactivas sobre lo que sí puedo hacer.

  • El miedo es un buen indicador para observar y evaluar con cautela, pero no puede ser quien nos dirija, podemos reevaluar para aprender y seguir avanzando conectando con nuestros recursos internos y externos.

  • Tener una buena red de apoyo social, mantener la calidez y el cuidado de nuestras relaciones.

  • Practicar la gratitud. Habrá cosas negativas, incertidumbres, preocupaciones, pero también muchas otras que son un verdadero privilegio. Tenemos que aprender a verlas y apreciarlas.

Fuente: ABC


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